sábado, 7 de febrero de 2009

ME PUDRO PARA OLER BIEN MAÑANA


Niña Pastori decía esto hace días: "el flamenco sufre porque el gitano ya no es pobre". No se si son verdad una y otra afirmaciones, pero la conexión entre ellas es una evidencia. En la historia de la humanidad, las desgracias, penurias y tragedias del artista han hecho más por el arte que todos los movimientos, escuelas y mecenas juntos. El arte, como las plantas, nace de la putrefacción. En otro tiempo un joven con vocación artística huía de casa en busca de la bohemia, donde hallaba un refugio de miseria, vicio, hambre y enfermedad para nutrir el alma creadora. ¡Cuantas grandes obras no hubieran llegado a ser sin una gran tragedia sentimental detrás! Y, ¿qué decir de las catástrofes existenciales, esas que llevan a la pura autodestrucción?. El arte es hijo del vertedero. Buena parte de la inanidad del arte occidental de hoy debe tener que ver con el bienestar que le sirve de placenta.

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